9 de julio de 2006*

Todavía no me lo puedo creer. Ha valido la pena tener que esperar 86 años y dos fases finales sin poder jugar para lograr el mayor hito de la historia del fútbol español. Al fin, y en Alemania, se ha roto el maldito maleficio que nos perseguía durante toda nuestra historia futbolística-mundial. El camino no ha sido fácil: hemos tenido que superar a complicadas selecciones como Ucrania, Francia, Portugal, Italia y en la gran final a la invencible y pentacampeona Brasil para despertar de la pesadilla. El sueño ya es una realidad.

Y lo mejor de todo es que gracias a esto, a la felicidad que invade mi cuerpo, tengo que reconocer que me equivoqué. No tenía que haber criticado al mejor jugador del Mundial de largo, Raúl. Menudas asistencias y genialidades las del capitán de la Selección. Suyo fue el espectacular pase a Fernando Torres en la gran final. Me rindo ante el '7', sí, sigue siendo un crack y tiene cuerda para rato.

Con el Ñiño también me confundí. Siempre había creído que era un paquete y que sólo le marcaba goles a Víctor Valdés y a San Marino, pero con su Bota de Oro, lograda por sus 9 dianas, las mismas que indican su dorsal, el de killer del área, me quito el sombrero ante Torres. Es exquisito y domina a la perfección cualquier situación. Lo ha demostrado. Ya no es un delantero sobrevalorado, ahora ya es un delantero valorado (al menos para mí).

Y el conjunto en general... perfecto. Me ha gustado que Luis Aragonés diese la oportunidad a Iniesta. El joven ha formado con Cesc un terrible centro del campo. Me ha gustado su desparpajo y sobretodo que, a su edad, todavía nos puede dar muchísimas alegrías. Chapeau también para el centrocampista del Arsenal. Le digo más o menos lo mismo que a Andresito: jugón. ¿E Iker Casillas? Fantástico, estupendo, mágico y paralotodo. Siempre atento, siempre vigilando cualquier descuido de su defensa, ha demostrado su plena madurez y que es capaz de decidirte un partido con una de sus grandes atajadas. Y delante de él, un incunmensurable defensa, Puyol, que se ha ganado con creces que le consideren el mejor central del mundo.

Y otro sobresaliente para el Sabio. Nuestro seleccionador comenzó con un esquema al que ha sido fiel durante todo el Mundial. Hemos tenido nuestro propio estilo, nuestra propia personalidad. Y ello ha sido vital en el triunfo final. La fiesta del fútbol lo ha sido más que nunca para nuestro país. Ya tocaba. España, campeona del Mundo 2006. Dejemos de soñar.

*(Dicen que hay que tener fe, y en ello estamos. Esta es la crónica que sueño con tener que reescribir el día 9 de julio, fecha en el que se juega la gran final en Berlín y en la que muchos españoles tenemos la esperanza de estar. Por cierto, el pistoletazo de salida lo dan hoy Alemania y Costa Rica. Disfrutemos.)

Fotos: AFP